Hablar de dos noticieros en horario estelar, en dos televisoras importantes de Tv abierta, con infinita lucha por aumentar el rating, hace hablar en primera instancia de sus conductores.
Si hablamos de Joaquín López Dóriga, un periodista político, que ha dedicado su vida a informar al público lo que ocurre en el país, la forma en que lo hace es muy particular, ya que expresa la información clara y concisa, serio y veraz, dando énfasis solo en lo necesario, sus gestos suelen ser fríos. El es un instrumento para dar la noticia o conveniencia, y desviar la atención de la gente en ciertos aspectos, sin dejar a un lado su profesionalismo y seriedad.
En el caso de Javier Alatorre, este es un conductor más relajado, su forma de informar se centra en contarte la noticia, no solo en informarla, usa más ademanes y tiende a hacer más comentarios, no es tan directo. Es más fluido y su tono es muy cálido tratando de crear empatía con la audiencia.
Lo cierto es que no depende de ellos la información que dan, sus televisoras y jefes son los que les dicen que hacer y ellos solo hacen lo les corresponde, claro que ponen de su experiencia y personalidad que los caracteriza. Ambos, tratan de ser objetivos y tienden a usar lenguajes específicos, siempre respetando al público mismo. Cada noticiero tiene una audiencia definida y esto obedece también el lenguaje que emplean.
